Bariloche se vistió de fiesta para celebrar el 202º aniversario de la Revolución de Mayo. Desde temprano, vecinos y militantes poblaron las calles para recibir a la presidenta Cristina Fernández quien participó del Tedeum realizado por el obispo local, Fernando Maletti, y luego encabezó el acto central en el Teatro La Baita.
Las calles céntricas estuvieron cortadas durante todo el día y, allí, banderas argentinas de todos los tamaños, pastelitos, tortafritas, churros, mates y termos, se convirtieron en moneda corriente para matizar la espera.
A media mañana militantes, fotógrafos y, sobre todo, familias se concentraron en la puerta de la Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi para aguardar la llegada de la presidenta, quien arribó a Bariloche después del mediodía.
En tanto, dentro de la iglesia y mientras cantaban cinco coros y una orquesta, esperaban los representantes de los pueblos originarios, Albina Carugo y Silvina y Florentino Quinchafil; de la Comunidad Judía, el rabino Daniel Goldman; de la Iglesia Metodista Argentina, Frank de Nully Brown; de la Católica Apostólica Ortodoxa de Antioquia, el arzobispo Siluan Muci; y de la Comunidad Islámica Argentina, el sheij Mohammed Ruweili, además de funcionarios del gobierno de Río Negro.
El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, fue quien despertó mayor atención cuando entró en la Catedral. El ministro de Economía pasó con bajo perfil por un costado, saludó a algunos invitados locales y se dirigió a abrazar al ministro de Producción de Río Negro, Juan Manuel Pichetto. El vicepresidente Amado Boudou ingresó a la Catedral acompañado por su novia, la periodista Agustina Kämpfer, y custodiado por Infantería. Los últimos en entrar fueron la presidenta, acompañada por el intendente barilochense, Omar Goye; el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. La mandataria se sentó a la izquierda del altar, en una silla única delante de los funcionarios nacionales, entre ellos el senador rionegrino Miguel Ángel Pichetto y el diputado santafesino, Agustín Rossi. Del otro lado la acompañó el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, quien tenía detrás a los funcionarios provinciales.
"Creemos que existe capacidad para proyectar como prioridad nacional la erradicación de la pobreza y la promoción del desarrollo en este bicentenario, con justicia y equidad social", dijo monseñor Maletti durante la homilía en la que agradeció que la mandataria eligiera la ciudad para los festejos del 25 de Mayo.
Finalizada la ceremonia religiosa, hubo un espectáculo de acrobacia aérea sobre el Nahuel Huapi, frente a la Catedral, mientras la gente se desconcentraba hacia el Centro Cívico y los funcionarios públicos, junto algunas agrupaciones e invitados locales, se dirigían al Teatro La Baita. En los alrededores, centenares de militantes de La Cámpora, el Movimiento Evita y Kolina se concentraron para escuchar la palabra de la presidenta.
Dentro de La Baita había aproximadamente 500 personas, mientras que en el Centro Cívico y alrededores, aproximadamente 20 mil. Cristina llegó al acto con Weretilneck. El gobernador la antecedió para dar apertura al acto. "Son pocas las palabras para poder expresar lo que es contar con el gesto de pasar el día de la patria aquí", agradeció el rionegrino.
Mientras Cristina brindó el discurso, en el teatro también la escuchaban ex combatientes de Malvinas y Madres de Plaza de Mayo.
Una vez finalizado el acto, el protagonista fue el Centro Cívico, que siguió con las tradiciones patrias de la mano de espectáculos y artistas en vivo. La celebración, se extendió durante toda la tarde con la presencia de Los Pericos, Los Alonsitos, El Choque Urbano, la banda Estelares, el Combinado Argentino de Danza y Soledad Pastorutti, quien cerró el evento.