Luego de una semana de debates en la ciudad turca de Estambul, el
Foro Mundial del Agua cerró este domingo su quinto encuentro con un llamado a realizar acciones urgentes para avanzar en las metas de acceso y saneamiento del vital elemento, así como su cuidado ante la escasez y los efectos del cambio climático.
Pero en la cita, en la que participaron delegados ministeriales de
150 países, no reconoció abiertamente el acceso al agua como un derecho humano básico. Esto, debido a la falta de consenso sobre las prioridades de cada una de las naciones participantes.
La declaración final la cataloga eso sí como "
una necesidad humana básica", pero hace oídos sordos a la reclamación de delegaciones latinoamericanas, que piden reconocer acceso al agua como una garantía fundamental.
Pese a este desacuerdo de fondo, el gobernador del
Consejo Mundial del Agua, Roberto Olivares, cree que la declaración del Foro generará cambios en la forma de ver el agua.
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La visión que se tiene ahora es de una necesaria revisión de los órdenes jurídicos, de estructura y financiamiento, porque en muchos casos se diluye el hecho de el agua tiene un valor económico. A partir de ello, ese tipo de cuestiones afectan concretamente los servicios de agua potable y saneamiento”, explicó.
Sin embargo, para José Antonio Hernández, vocero de
Oxfam, si la comunidad internacional no es capaz de asumir con decisión el respeto a derechos humanos tan elementales, difícilmente va a conseguir en el año 2015 el cumplimiento de los objetivos de desarrollo del Milenio.
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Que se regatee la declaración de un derecho fundamental como acceder a un agua que permita un consumo saludable es una muestra más de que no hay una voluntad política para terminar con una situación que condena a más de mil millones de personas a no tener acceso fuentes de agua saludable, a casi la mitad de la población mundial a no contar con un saneamiento adecuado, y que en definitiva está hundiendo en la miseria a cientos de millones de personas”, aseveró.
Según proyecciones de la
FAO, para el año 2025,
1800 millones de personas vivirán en países o regiones con absoluta escasez de del vital elemento, y dos tercios de la población mundial podrían sufrir dificultades en su acceso.
Fuente: www.radio.uchile.cl